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martes, 22 de octubre de 2013

IDENTIDAD DIGITAL EN EL PROFESORADO PARA UNA MEJORA DE LA FORMACIÓN.

La identidad digital puede permitir un proceso de formación continuado a lo largo de la vida entre profesor y alumno. ¿Cuántas veces nos hacemos seguidores de un blog? Y ¿por qué no ser seguidores de aquel profesor que por sus conocimientos nos impactó o porque sabemos de lo interesante de sus trabajos?... Ante esta situación es fundamental que el profesor que quiere ser una referencia en el proceso de formación continuado del alumno sea capaz de mantener y controlar todos esos canales de enlace entre él y sus alumnos. En este punto, la identidad digital nos proporciona credibilidad y confianza ante el exterior y esos alumnos a los que tenemos “enganchados”, ya que es una identificación eficiente y unívoca que nosotros podemos dirigir.
Con seguridad, el esfuerzo es importante por la magnitud que significa internet y la consiguiente evolución de las redes sociales y las modas a las que nos vemos sujetos (ahora facebook, tuenti, luego será quién sabe...), pero por otro lado como docentes no nos obliga a llegar más allá de nuestros conocimientos o funciones y si podemos canalizar estas actuaciones a aconsejar a los alumnos hacia otras fuentes cuando pueda ser necesario. A veces podemos ser meramente orientadores del proceso de aprendizaje. En este punto, es de destacar la aportación que puedan participar otros profesores en el proceso de aprendizaje de nuestros alumnos que se pueden ver involucrados con su aportación directa a través de las redes.

 
Quizás esta relación activa entre profesor-alumno nos asusta desde el punto de vista que necesita que nos expongamos a nuestra clase continuamente, lo que se podría traducir en un “miedo escénico” por que va más allá de la tradicional clase, pero desde cierto punto de visto también nos puede enriquecer de manera continua esa interacción, pues conocemos la evolución de las inquietudes de nuestros alumnos en su proceso de aprendizaje y nos permite superar más fácilmente la barrera de profesor-alumnos en un aula.
Gracias al libre acceso a los medios que poseemos para llevar acabo esta tarea podemos plantearnos que la identidad digital es una realidad y quizás la limitación más pronunciada es la falta de competencias digitales a las que nos enfrentamos, tanto por una parte del profesorado por el choque generacional con las nuevas tecnologías, como por parte de los alumnos por la falta de una formación reglada en este aspecto, que puede no llegar a producirse en toda su escolarización obligatoria. Hay que ser consciente que manejar no significa ser competente digitalmente y la incorporación de medios sin una formación adecuada no proporciona una ventaja.


1 comentario:

  1. Me parece interesante el enfoque de que el profesor focalice las herramientas sociales en su identidad digital ya que es un referente para sus alumnos

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